El duodécimo domingo después de pentecostés
(Verde)
Tema del día: Si fuera por nosotros pecadores débiles, nunca podríamos hacer lo que Dios exige de nosotros. Pero hoy vamos a ver que Cristo, el pan de vida, nos ha llamado a la fe por medio de su evangelio, dándonos vida y fuerza para poder seguirle a él en este mundo y para poder vencer a nuestra carne y sus deseos pecaminosos.
La Colecta: Todopoderoso y eterno Dios, que estás siempre más presto para oírnos que nosotros para suplicarte, y acostumbras dar más de lo que pedimos o merecemos: Derrama sobre nosotros la abundancia de tu misericordia, perdonándonos todo aquello por lo que nuestras conciencias estén temerosas, y dándonos los bienes que no somos dignos de pedirte, sino por los méritos y la mediación de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Efesios 4:30-5:2 Nuestra respuesta ante el amor de Dios es seguir su ejemplo de amor y humildad. Al ver que nos da el cielo por su puro amor, con corazones agradecidos vamos a luchar contra el diablo y nuestra carne pecaminosa.
30Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Andad como hijos de luz
5
1Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. 2Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
El Salmo del Día: Salmo 34
Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.
1Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
Su alabanza estará de continuo en mi boca.
2En Jehová se gloriará mi alma;
Lo oirán los mansos, y se alegrarán.
3Engrandeced a Jehová conmigo,
Y exaltemos a una su nombre.
4Busqué a Jehová, y él me oyó,
Y me libró de todos mis temores.
5Los que miraron a él fueron alumbrados,
Y sus rostros no fueron avergonzados.
6Este pobre clamó, y le oyó Jehová,
Y lo libró de todas sus angustias.
7El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende.
8Gustad, y ved que es bueno Jehová;
Dichoso el hombre que confía en él.
9Temed a Jehová, vosotros sus santos,
Pues nada falta a los que le temen.
10Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;
Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.
11Venid, hijos, oídme;
El temor de Jehová os enseñaré.
12¿Quién es el hombre que desea vida,
Que desea muchos días para ver el bien?
13Guarda tu lengua del mal,
Y tus labios de hablar engaño.
14Apártate del mal, y haz el bien;
Busca la paz, y síguela.
15Los ojos de Jehová están sobre los justos,
Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
16La ira de Jehová contra los que hacen mal,
Para cortar de la tierra la memoria de ellos.
17Claman los justos, y Jehová oye,
Y los libra de todas sus angustias.
18Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón;
Y salva a los contritos de espíritu.
19Muchas son las aflicciones del justo,
Pero de todas ellas le librará Jehová.
20El guarda todos sus huesos;
Ni uno de ellos será quebrantado.
21Matará al malo la maldad,
Y los que aborrecen al justo serán condenados.
22Jehová redime el alma de sus siervos,
Y no serán condenados cuantos en él confían.
La Segunda Lectura: Juan 6:41-51 Al escuchar las promesas de Cristo, muchos en su incredulidad gritaron: imposible porque él es solamente un hombre. Pero Cristo en su amor seguía llamando a todos y por medio de este evangelio, el Padre concedió a sus discípulos la fe para creer lo imposible. Nuestra salvación depende completamente de Dios. El pagó el precio de nuestros pecados, nos llama a la fe, nos da la fe, y nos da la fuerza para servirle en este mundo. Verdaderamente es el pan de vida.
41Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. 42Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido? 43Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. 44Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. 45Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. 46No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre. 47De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 48Yo soy el pan de vida. 49Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
El Versículo: ¡Aleluya! ¡Aleluya! Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. ¡Aleluya!
Texto Sermón: 1 Reyes 19:3-8 Lo que Dios pidió del profeta Elías parecía imposible. Sus enemigos lo buscaban para matarlo y le parecía a él que ni quedaba un creyente fiel a Dios. Pero Dios no deja que Elías se desanime. En estos versículos envía a un ángel para darle de comer, mostrando su protección y amor. En los versículos que siguen esta lectura, Dios da a Elías un señal increíble para animarle a seguir. Así es Dios con nosotros. Exige mucho, hasta que parece imposible, pero en su amor nos protege y fortalece por medio de su Palabra. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
3Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.
4Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. 5Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. 6Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse. 7Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. 8Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios.
EL ESPÍRITU SANTO NOS AYUDA A ENTENDER LA IGLESIA DEL SEÑOR
Todos los cristianos cuando empezamos nuestra vida de creyentes nos creemos una gran mentira, pensamos y estamos convencidos que nunca más tendremos problemas, decimos que somos personas nuevas y que no ocasionaremos más dificultades a nadie y, pensamos que en la iglesia hay una serie de personas que necesitamos seguir para mostrar que podemos ser incluidos en un grupo especial de santificados. Pero la realidad es otra, llegamos nuevos a nuestra congregación y hay un problema con el pastor y su familia, empezamos a escuchar que un tesorero se robó la ofrenda de la congregación, nos sentamos al lado de hermanos que se están divorciando o tienen serios problemas con sus hijos, al cantar nos damos cuenta de un olor a tufo de alcohol y escuchamos en las bancas una serie de chismes de unos hacia otros. ¿Esta es la iglesia del Señor? La respuesta es sí, porque mientras estemos en este mundo siempre harán parte de nosotros, nuestra carne y deseos pecaminosos, por esto el mismo San Pablo, que muchos consideran casi una persona igual que Jesús, dijo: Y yo sé que, en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Romanos 7:18. Es clara la información de este versículo, en la carne de Pablo y en nuestra carne no mora el bien, el deseo de nuestra carne es ir en contra de Dios, por naturaleza solo queremos infringir cada mandamiento mereciendo la muerte eterna.
Elias, David, y los judios que estaban escuchando la predicación sobre el pan de vida son ejemplos para nuestra vida en como pecamos y deseamos ir en contra de Dios. El contexto del pasaje de Reyes, hablando de Elías nos muestra el éxito de su ministerio al asesinar a los sacerdotes de Baal y al orar para que la sequía terminara, pero en el momento que llegó la persecusión de parte de Acab y Jezabel su carne pecaminosa le jugó una mala pasada, huyó sin su criado y se escondió diciendole a Dios: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. ¡Así es hermanos, Elias quería morirse! Se sintió abandonado por Dios, derrotado, solo, abatido y despreciado, todo esto lo sintió por su carne pecaminosa. El rey David al huir de Saúl, llegó a tierra de Filisteos, los enemigos de su pueblo, pero para poder protegerse recurrió a la mentira, dice la historia bíblica: Y cambió su manera de comportarse delante de ellos, y se fingió loco entre ellos, y escribía en las portadas de las puertas, y dejaba correr la saliva por su barba. 1 Samuel 21:13. Y los judios que escucharon de Jesús que es el Pan de vida, murmuraron de él, hablando a sus espaldas, esto es otra evidencia del pecado del pueblo de Dios. Usted y yo al leer de San Pablo, al ver en profundidad estas historias bíblicas solo nos queda reconocer nuestro pecado en contra de todos los mandamientos porque no hemos amado a Dios, ni al prójimo y por esto merecemos estar en las profundidades del infierno.
¿Qué es la iglesia? La mejor definición que podemos dar bajo este contexto que estamos meditando, es un hospital lleno de pecadores. Dios por medio de la biblia no oculta los pecados de sus hijos y nosotros no podemos ocultar nuestros pecados, Dios por medio de la Biblia nos enseña la solución a todos nuestros pecados y esta misma solución la encontró Elias, David, no solo muchos judios en los tiempos de Jesús sino también gentiles. La solución es Jesús y hoy nos dice que es nuestro Pan de vida: 50Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Este pan de vida para comer es el Evangelio que nos muestra como Jesús nos sustituyó viviendo de manera perfecta, Él es muy distinto a nosotros porque no hubo pecado en Él, el apóstol Juan en una de sus cartas afirma: Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.1 Juan 3:5, Sólo en la vida perfecta de Jesús tenemos la verdadera vida, somos santos-pecadores. Pero también nos dice que el pan que dará es su carne y esto nos lleva a su agonía, su muerte en la cruz, allí Él ocupó nuestro lugar, se hizo pecador por nosotros y es por esto que San Pablo nos dice: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. 2 corintios 5:21. Jesús es nuestra justicia porque el Padre en los cielos le castigó en nuestro lugar, el Padre en el cielo hoy nos ve a través de Jesús Santos-pecadores. David, Elias, muchos que están en el cielo es por la fe que tuvieron en Jesús, nosotros también estaremos en este lugar, el cielo, y allí si estaremos sin pecado, viviremos perfectamente alabando a nuestro Dios porque el Espíritu Santo cada día nos alimenta con este pan de vida que es Escudriñar las Escrituras porque estas dan testimonio de Jesús.
Ahora ¿Qué es la iglesia? Es un lugar donde nos congregamos Santos-pecadores y el Espíritu Santo obra en cada uno de nosotros en nuestra vida de Santificación, nos anima a vivir guiados por el Espíritu Santo, Elias en medio de su momento difícil fue cuidado y alimentado por un ángel para que pudiera seguir su caminar por 40 días y 40 noches hasta Horeb, el monte de Dios, confiando solo en las promesas de la Palabra y nosotros igualmente llenos del amor de Dios caminamos en este mundo. David en el Salmo 34 nos dice: 7El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende. El mundo, nuestra carne pecaminosa y los deseos de la carne nos atacan, pero el Ángel de Jehová que es el mismo Jesús nos cuida y protege, oramos en el Padre nuestro no nos dejes caer en tentación y líbranos de todo mal, esta es una petición donde afirmamos el cuidado espiritual de Dios en este mundo llevándonos por los caminos del evangelio.
Hoy cuando estamos con nuestra familia, al estar en nuestra congregación y nos encontramos con problemas por consecuencia de nuestros pecados y los pecados de los demás, solo es dejar que el Espíritu Santo actúe en cada uno de nosotros dándonos frutos de arrepentimiento y ayudando a los demás usando el oficio de las llaves, este es el poder que el mismo Jesús dio a la iglesia para abrir el reino de los cielos a los que estamos arrepentidos de nuestros pecados y cerrarlo a los que no se arrepienten. No podemos dejarnos engañar cuando alguien dice que en su congregación no hay problemas, tal vez es un lugar lleno de fariseos o el diablo está apoderado de ellos. Todas nuestras congregaciones, grupos sembradores y grupos de estudio tienen problemas porque la conformamos pecadores y es aquí donde vemos el carácter y la madurez de la congregación al usar la Ley y el Evangelio por medio del uso de las llaves, es aquí donde aprendemos a usar el amor ágape amándonos y perdonándonos los unos a los otros, es aquí donde caminamos juntos, así como lo hizo Elias en medio de su persecución hasta el monte Horeb. Nosotros en este mundo seguiremos siendo perseguidos por el diablo, el mundo y nuestra carne pecaminosa, pero también es bueno que reconozcamos a nuestro viejo hombre porque el Espíritu Santo nos lleva a reconocer que cada uno de nosotros necesitamos cada día de Cristo, del evangelio porque cada vez que vemos a un hermano en la fe o cada vez que estamos adorando con ellos solo necesitamos vernos a través de Cristo, no acusándonos sino viéndonos justificados, es por esto que somos cristianos, porque nos vemos a través de Jesús quien junto con el Padre nos envió al Espíritu Santo para que caminemos en este mundo lleno de tribulaciones y hacernos parte de su iglesia para hablar a otros acerca del poder del Evangelio que nos ha llamado santos y Redimidos en Cristo Jesús. Amén.
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
17 De tal manera Dios amó
32 Oh, Verbo humanado
35 Desciende, oh Santo Dios
37 Ven, Espíritu Santo
38 Tu Palabra es mi cántico
39 No podemos caminar (Santa Cena)
51 Dios de gracia, Dios de gloria
53 Seguidme a mí
54 Santo Espíritu llena mi vida
Culto Cristiano:
165 Hay una fuente
202 Oí la voz del Salvador
239 El rey de amor
240 En Jesucristo se halla la paz
242 Jesús es mi pastor
246 Mi fe descansa en ti
251 ¡Oh qué amigo nos es Cristo!
253 A los pies de Jesucristo
254 ¡Firmes y adelante!
272 Me guía Cristo
273 Mi mano ten
274 No temas ya
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