Jueves Santo
Su comida, nuestra saciedad.
Tema del Día
Dios siempre supo que era necesario un nuevo pacto. El nuevo pacto no era un contrato de dos partes como el antiguo pacto. Era como un testamento. Simplemente enumeraba todas las bendiciones que Dios prometió solemnemente dar a sus hijos. Esas bendiciones no dependían de la obediencia de los beneficiarios del pacto. Más bien, el pacto entraba en vigor a la muerte de quien lo establecía.
Oración del día
Señor Jesucristo, en el sacramento de la Sagrada Comunión, nos das tu verdadero cuerpo y sangre como recuerdo de tu sufrimiento y muerte en cruz. Concédenos creer tan firmemente en tus palabras y en tu promesa, que podamos participar siempre de este sacramento para nuestro bien eterno; porque tú vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y siempre.
Primera lectura: Jeremías 31:31-34
el Señor también envió a Jeremías «para edificar y plantar» (Jeremías 1:10, Epifanía 4). A la vez que exponía los terribles resultados de la antigua alianza, proclamaba las bondadosas promesas de la nueva. Bajo la nueva alianza, la ley de Dios estaría escrita en la mente y el corazón de la gente. La voluntad de Dios ya no sería una exigencia externa hecha bajo amenaza de castigo, sino que se convertiría en un deseo interno del pueblo de Dios. El antiguo pacto sólo podía modificar el comportamiento. El nuevo pacto transformaría los corazones y las mentes de las personas.
31He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado
Salmo 116
La Iglesia canta el Salmo 116 en los servicios que celebran que el Señor nos ha librado de la muerte. El significado original de «cáliz de salvación» es discutido, pero como el salmo se cantaba comúnmente en la Pascua, llegó a asociarse con la Sagrada Comunión. Martín Lutero dijo: «El salmo 116 es un salmo de agradecimiento. El salmista está alegre, dando gracias a Dios por haber escuchado su oración y por haberle rescatado de las agonías de la muerte y de las angustias del infierno. Los enemigos siguen amenazándonos y quieren que bebamos de la copa de su ira. Pero nosotros tomamos el cáliz de la gracia y la salvación, y mediante la predicación derramamos ese cáliz sobre cualquiera que quiera beber con nosotros y obtener su consuelo de la palabra de la gracia.»
1Amo a Jehová, pues ha oído
Mi voz y mis súplicas;
2Porque ha inclinado a mí su oído;
Por tanto, le invocaré en todos mis días.
3Me rodearon ligaduras de muerte,
Me encontraron las angustias del Seol;
Angustia y dolor había yo hallado.
4Entonces invoqué el nombre de Jehová, diciendo:
Oh Jehová, libra ahora mi alma.
5Clemente es Jehová, y justo;
Sí, misericordioso es nuestro Dios.
6Jehová guarda a los sencillos;
Estaba yo postrado, y me salvó.
7Vuelve, oh alma mía, a tu reposo,
Porque Jehová te ha hecho bien.
8Pues tú has librado mi alma de la muerte,
Mis ojos de lágrimas,
Y mis pies de resbalar.
9Andaré delante de Jehová
En la tierra de los vivientes.
10Creí; por tanto hablé,
Estando afligido en gran manera.
11Y dije en mi apresuramiento:
Todo hombre es mentiroso.
12¿Qué pagaré a Jehová
Por todos sus beneficios para conmigo?
13Tomaré la copa de la salvación,
E invocaré el nombre de Jehová.
14Ahora pagaré mis votos a Jehová
Delante de todo su pueblo.
15Estimada es a los ojos de Jehová
La muerte de sus santos.
16Oh Jehová, ciertamente yo soy tu siervo,
Siervo tuyo soy, hijo de tu sierva;
Tú has roto mis prisiones.
17Te ofreceré sacrificio de alabanza,
E invocaré el nombre de Jehová.
18A Jehová pagaré ahora mis votos
Delante de todo su pueblo,
19En los atrios de la casa de Jehová,
En medio de ti, oh Jerusalén.
Aleluya.
Segunda lectura: Hebreos 10:15-25
El escritor señala que el sacrificio ofrecido por Jesús es superior a los sacrificios ofrecidos por los sumos sacerdotes del Antiguo Testamento. El autor afirma que el sacrificio ofrecido por Jesús es superior a los sacrificios ofrecidos por los sumos sacerdotes del Antiguo Testamento.
15Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:
16 Este es el pacto que haré con ellos
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
Y en sus mentes las escribiré,
17añade:
Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
18Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
19Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. 23Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Evangelio: Lucas 22:7-20
De todos los detalles que hacen único el relato de Lucas, quizá el que más merece nuestra atención en Jueves Santo es el que pone de relieve la característica esencial de la nueva alianza. A diferencia de la antigua, la nueva alianza es unilateral. Así, cuando Jesús mencionó el cuerpo que distribuía en, con y bajo el pan, dijo que se daba «por ustedes». Cuando mencionó la sangre que distribuía en, con y bajo el vino, dijo que se derramaba «por ustedes».
7Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua. 8Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos. 9Ellos le dijeron: ¿Dónde quieres que la preparemos? 10Él les dijo: He aquí, al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entrare, 11y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? 12Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad allí. 13Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.
14Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. 15Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! 16Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios. 17Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; 18porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga. 19Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
JESÚS SIEMPRE TIENE TODO PREPARADO PARA NUESTRA ETERNIDAD
Cuando tenemos invitados para comer en casa son momentos de alegría, buena conversación y de buena comida. Pero los invitados no saben bien todos los preparativos que hicimos para poder estar cómodos compartiendo no solo la comida sino la compañía con ellos. Empieza el trabajo dificil desde el momento de planear que vamos a comer, si vamos a tomar algo y hasta que música vamos a escuchar, todos nosotros sabemos que planear una comida con los amigos no es un tema fácil, es de mucho trabajo. Nosotros en oportunidades vivimos cosas espirituales mecánicamente porque somos personas de costumbres, para nosotros cada domingo en la mañana lo destinamos para venir a la iglesia, pero ¿estamos conscientes que Jesús ha preparado este lugar para estar con nosotros? No estoy diciendo con esto que el único lugar donde está Jesús es aquí en el templo, sabemos que Él vive dentro de nosotros y Él está donde estamos nosotros, Él tiene dominio en todo el mundo y por esto está en todas partes, los atributos de Jesús de ser Omnisciente, Omnipotente y Omnipresente hacen parte fundamental de nuestra fe.
Pero volviendo al tema conectado con el evangelio para este día, Jesús les dice a sus discipulos, ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! Nuestro Señor estaba esperando ese día ansiosamente y por esto se tomó el tiempo de hacer todos los preparativos para esta Pascua donde celebraban la salida de la esclavitud de Egipto. Pedro y Juan tenían que hacer muchos preparativos, conseguir el cordero y llevarlo a los sacerdotes para sacrificarlo en el patio del templo, conseguir el pan sin levadura, el vino y las hiervas aromáticas para tener todo listo a la hora señalada por Jesús. Pero también ellos tenían que hablar con el dueño del aposento alto confiando en la Palabra de Jesús, esto es clave para el preparativo de esta cena, puesto que era extraño que un hombre cargara agua ya que era un oficio que le correspondía a las mujeres solamente. Pero esto era un lugar preparado desde la eternidad, así como Jesús tenia planeado como entrar a Jerusalén en un pollino y el mensaje que dio a los dueños del animal, de esta manera está mostrando que todo lo tenia bajo control cuando Pedro y Juan se encontraran con este señor y decirle: ¿dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis disicpulos? Todos estos preparativos muestran el interés de Jesús no solo de comer con sus discipulos sino también encontramos una aplicación para nosotros hoy. Él está muy interesado en cada uno de nosotros y nuestra vida espiritual, por esto prepara la Santa Cena especialmente para nosotros miserables pecadores, porque nosotros en oportunidades hacemos las cosas espirituales mecánicamente, es decir, venimos a la iglesia, tomamos la cena sin pensar en las bendiciones que Jesús nos da por medio de ella. Pero también hay cristianos que no entienden estas bendiciones y no participan del sacramento porque no entienden para quién es este sacramento, afirmando que los pecadores no pueden recibirla. También es triste cuando dejamos que la impenitencia se apodere de nuestro corazón y por no arrepentirnos de nuestro pecado despreciamos el Evangelio dado en el sacramento. Pecamos en contra del tercer mandamiento cuando recibimos la santa cena mecánicamente o cuando no entendemos que ésta es, para pecadores arrepentidos como lo somos cada uno de nosotros. Pero la confianza en Dios también está entredicha porque no creemos en su escencia que es verdadero y fiel, por esto merecemos morir en el infierno eterno por despreciar la gracia de Dios dada en este sacramento.
Jesús sabia que era la última vez que comería con sus discipulos una cena de la Pascua porque sabia que se necesitaba cumplir el Reino de Dios, sabía que no bebería el fruto de la vid hasta que el Reino de Dios venga esta fue la manera de Jesús explicar a sus discipulos que ya no lo iban a ver más como le veían en ese momento, porque esa misma noche iba ser capturado por los judíos, juzgado ilegalmente por los líderes religiosos puesto que lo hicieron en la noche y al día siguiente fue juzgado por Poncio Pilato y mandado a la muerte de Cruz. Aquí encontramos el cambio del Antiguo Pacto al Nuevo Pacto, porque en la cena de la Pascua celebraba el Antiguo Pacto en el que se derramaba la sangre de un cordero para sacar a la gente de la esclavitud. El Nuevo Pacto consiste en el derramamiento de la Sangre de Jesús por los pecados del mundo. ¡Con razón que Jesús quería tener esta cena con sus discipulos en la noche antes de su sacrificio en la Cruz!
Mientras tomamos la cena solo confiemos como fueron perdonados nuestros pecados, en la vida perfecta de Jesús, quien por amor a nosotros no solamente preparó está última cena perfectamente, sino que la dio el valor que nosotros necesitamos darle, porque en ella encontramos el perdón de nuestros pecados, los cuales fueron colgados en la cruz del Calvario. Encontramos el sentido de este versículo que escribio Pablo a los Corintios: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él (2 Corintios 5:21), Nuestro Señor Jesucristo al tomar el pan dando gracias, lo partió y les dio diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; Lucas nos dice que en esta cena hay dos copas, la primera la vemos en el verso 17: Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo tomad esto, y repartirlo entre vosotros, esta copa fue una señal de que era la última vez que iba a compartir con ellos la Pascua, pero en el verso 20 nos habla de la copa en el sacramento, después de que hubo cenado, tomo la copa, diciendo: Esta Copa es el nuevo Pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. ¡Hermanos en Cristo! Hoy, cuando tomemos la cena y cada vez que lo hagamos en nuestro corazón necesita haber lágrimas de agradecimiento a nuestro Señor que nos dejo el pan y vino unido a su Palabra para que en memoria de Él recordemos su sufrimiento, muerte en la Cruz por cada uno de nosotros y así fortalecemos nuestra fe en la obra gratuita que Jesús hizo por cada uno de nosotros.
Jesús resucitó y se cumplio el reino de Dios al hacer toda su obra de Redención por nosotros, en su resurrección sabemos que comió de nuevo con sus discipulos, pero en esta oportunidad para demostrarles que había resucitado en cuerpo y alma. Pero también para mostrarles a ellos y a nosotros que por su obra pertenecemos al Reino de Dios y cada vez que celebramos la Santa Cena vamos a recordar igualmente la fiesta de las bodas del Cordero en el Reino de la Gloria, al tomar la Santa Cena hoy y en cada vez que tengamos oportunidad vamos a recordar el lugar que nos espera, el cielo eterno, 6Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! 7Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. 8Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. 9Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. (Apocalipsis 19:6-9).
Hermanos, dejemos que el Espíritu Santo nos siga usando como iglesia al tomar en serio este sacramento para no tomarlo indignamente, por esto dedicamos un tiempo en preparar a los hermanos nuevos para que se acerquen al altar y reciban el cuerpo y la sangre de Cristo después de confirmarse en la fe porque así van a saber que es la Santa Cena y también van a llegar con corazones arrepentidos al recibir el Sacramento y nosotros, mantengamos la comunión cerrada, no porque nos creemos superiores a otros, sino por amor a todos, puesto que el Sacramento es para Bendición y no para maldición porque esta comunión que tenemos como hermanos en la fe por medio de la Escritura nos mantiene unidos cuidando la doctrina bíblica como congregación no cambiando las palabras del Sacramento porque el pan y vino no representa, no significa o no se convierte en el cuerpo y la sangre de Jesús sino que Es el Cuerpo y la Sangre de Jesús que recibimos bajo y con el pan y vino, de esta manera seguimos en la iglesia militante viviendo como la esposa del Cordero esperando llegar a las Bodas con Cristo bien sea en su segunda venida o estemos en su presencia en el día de nuestra muerte. Amén
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