Ascensión de Nuestro Señor
El poder del cielo marcha victorioso hasta los confines de la tierra.
Tema del Día
la Ascensión de Jesús marcó el hecho de que su obra no había hecho más que empezar. La buena nueva de nuestra redención ha de ser llevada hasta los confines de la tierra. Esta es la misión que Jesús encomendó a su Iglesia antes de ascender a la diestra de Dios.
Oración del día
Señor Jesús, Rey de gloria, en este día subiste a lo alto de los cielos, y a la diestra de Dios gobiernas las naciones. No nos dejes solos, te rogamos, sino concédenos el Espíritu de la verdad para que, por tu mandato y por tu poder, seamos tus testigos en todo el mundo; porque tú vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y siempre. Amén
Primera Lectura: Lucas 24:44-53
Las Escrituras no sólo decían que Jesús sufriría. No sólo decían que Jesús resucitaría al tercer día. También decían que la buena nueva de la obra del Mesías sería proclamada a todas las naciones. Cuando Jesús ascendió al cielo, los discípulos se llenaron de gran gozo y comenzaron inmediatamente la obra que se les había encomendado.
44Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. 45Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; 46y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; 47y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. 48Y vosotros sois testigos de estas cosas. 49He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.
50Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. 51Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo. 52Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; 53y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.
Salmo 47
La Iglesia canta el Salmo 47 en los servicios que conmemoran la ascensión de Nuestro Señor Jesús al cielo. El salmo subraya la totalidad del imperio de Dios. Martín Lutero dijo: «El Salmo 47 es una profecía de Cristo. En él se predijo cómo ascendería y se convertiría en rey sobre todo el mundo, no con golpes de espada, sino simplemente con gritos, cánticos y toques de trompeta, es decir, con la alegre predicación del Evangelio».
Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré.
1Pueblos todos, batid las manos;
Aclamad a Dios con voz de júbilo.
2Porque Jehová el Altísimo es temible;
Rey grande sobre toda la tierra.
3El someterá a los pueblos debajo de nosotros,
Y a las naciones debajo de nuestros pies.
4El nos elegirá nuestras heredades;
La hermosura de Jacob, al cual amó. Selah
5Subió Dios con júbilo,
Jehová con sonido de trompeta.
6Cantad a Dios, cantad;
Cantad a nuestro Rey, cantad;
7Porque Dios es el Rey de toda la tierra;
Cantad con inteligencia.
8Reinó Dios sobre las naciones;
Se sentó Dios sobre su santo trono.
9Los príncipes de los pueblos se reunieron
Como pueblo del Dios de Abraham;
10Porque de Dios son los escudos de la tierra;
El es muy exaltado.
Segunda lectura: Apocalipsis 19:11-16
Esta visión del Cristo ascendido da confianza a la Iglesia incluso cuando se enfrenta a una oposición constante. A medida que la Iglesia difunde el Evangelio, puede estar segura de que Cristo triunfará sobre todo enemigo. No necesitamos ensangrentarnos las manos para apoyar la causa del Evangelio. Incluso cuando nuestros enemigos parecen estar ganando, su derrota ya está garantizada.
11Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
Texto Sermón: Hechos 1:1-11
La Ascensión de Jesús fue a la vez un final y un principio. Lucas lo hace dolorosamente evidente en la forma en que cierra su primer volumen de las obras y palabras de Jesús y abre el segundo. La Ascensión de Jesús había sido una conclusión adecuada de todo lo que Jesús había hecho y enseñado mientras estuvo en la tierra.
1En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; 3a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. 4Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.
6Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 7Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 9Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 10Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
LA ASCENSIÓN DE JESÚS NOS PUSO POR NOMBRE: EL QUE AMA A DIOS
El que ama a Dios, es el significado del nombre de Teófilo, no tenemos mucha información acerca de este hombre, pero lo que sí sabemos es que fue el destinatario de dos escritos de Lucas. En su evangelio usó el título de excelentísimo y puede significar que era un aristócrata o alto funcionario. Pero, si notamos el cambio de tratarlo entre el evangelio y el libro de los Hechos de los apóstoles podemos ver que ya no le escribe con títulos sino con su nombre y esto nos indica que el evangelio de Lucas Dios lo uso para convertir a Teófilo. Pero realmente en este momento yo tengo un privilegio grande, estoy en medio de Teófilos, son cada uno de ustedes hermanos y hermanas en la fe que confesamos la misma creencia en cuanto quién es Cristo Jesús para cada uno de nosotros. Hoy estamos dando por terminado una sección del año cristiano muy edificador, el cual empezamos el domingo de ramos, donde adoramos a Jesús como Rey, luego el jueves santo pudimos dar gracias por el sacramento del altar y el viernes santo recordamos el costo del sacrificio de Cristo en la cruz como pago por nuestros pecados. El domingo de Pascua fue victorioso porque Jesús venció el pecado, la muerte y al diablo por nosotros y, en este domingo estamos celebrando otra gran fiesta, la ascensión de Jesús a los cielos demostrando que su obra de Redención fue terminada y aceptada por el Padre en los Cielos. También la ascensión de Jesús nos da la seguridad que la obra de Redención hecha por Él nos ha dado la verdadera Paz con el Padre Celestial y el Espíritu Santo por el poder del Evangelio nos ha llamado a cada uno de nosotros el que ama a Dios, es decir, Teófilos.
Tal vez muchos de nosotros aun tenemos dudas o falta de entendimiento al igual que los apóstoles en cuanto al reino de Israel, nosotros podemos llamarlo el reino de Dios. Los apóstoles como muchos judios tenían una esperanza popular que el Mesías iba a restablecer los días de David y Salomón, cuando el reino de Israel fue más próspero que nunca. Esperaban que Israel no sólo estuviera libre del dominio romano, sino que también fuera una potencia mundial. Incluso el selecto grupo de los apóstoles aún necesitaba instrucciones acerca del propósito del Mesías y de la naturaleza del reino de Dios. Hoy en día no entendemos en que consiste el reino de Dios, es preocupante cuando escuchamos de los conflictos actuales de Israel y muchos de nosotros creemos que este Israel es el pueblo de Dios y caemos en la tentación de pecar contra el tercer mandamiento citando versículos fuera del contexto para respaldar esta falsa idea. Pero también nos dejamos engañar del diablo a causa de nuestra naturaleza pecaminosa puesto que creemos que al ser cristianos estamos libres de enfermedades, problemas, tribulaciones y por lo tanto al ser creyentes tenemos un reino terrenal que somos librados de los males de este mundo. Esto es lo que llamamos el evangelio social, y muchas veces nos dejamos confundir de predicadores, lecturas de libros no confesionales, y hasta de personas cercanas al asegurarnos que no pasaremos momentos difíciles en este mundo por ser hijos de Dios. Y cuando llegan las tribulaciones simplemente juzgamos o nos juzgan que hemos pecado contra Dios por la tribulación actual que estamos viviendo. Es por esta razón que creemos que pertenecemos al reino de Dios porque hoy somos cristianos y ganamos un lugar en este reino por ser buenos.
Pero en realidad, así las personas nos digan que somos buenos hijos, buenos padres, buenos trabajadores, buenos cristianos y buenos en todo, solo nos queda afirmar que no somos buenos sino pecadores, todos nosotros necesitamos entender el capítulo 3 de la carta a los romanos No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. (Romanos 3:10-12) y por esto merecemos la muerte eterna porque por naturaleza no amamos a Dios, ni al prójimo pecando contra las dos tablas de la Ley. Esto nos lleva a una verdad, el significado de nuestro nombre Teófilo, amamos a Dios porque Él nos amó primero (1 Juan 4:19). El reino de Dios esta lleno de personas pecadoras como lo somos cada uno de nosotros, usted que esta escuchando y yo que estoy hablando no somos mejores que otros, porque somos desobedientes, altivos y llenos de amor hacia nuestra carne, la cual nos imposibilita de ser salvos y perdonados por nuestros propios méritos. Por esto estimados Teófilos, hoy es un día de dar gracias a nuestro Dios porque nos ha dado su Palabra la cual se centra en nuestro rescate de la incredulidad y potestad del diablo, todo esto por lo que Jesús hizo y enseñó hasta que fue recibido arriba en el cielo. Los versículos 2 y 3 de nuestro pasaje hace un fuerte énfasis de la enseñanza de Jesús acerca del Espíritu Santo y el Reino de Dios. Después de su sufrimiento, muerte y resurrección estuvo durante cuarenta días mostrándoles que el reino de Dios estaba basado en creer que Él era el Mesías, que el bautismo es importante porque no solamente Juan el Bautista lo usó para preparar su camino sino como el Espíritu Santo bautizó a los apóstoles en Pentecostés y después de esto ellos iban a ser testigos de todo lo que Cristo hizo para que pertenecieran al Reino de Dios, un reino espiritual.
Jesús subió a los cielos visiblemente para sus apóstoles despidiéndose de ellos, pero también dejo una gran promesa: Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. Nosotros hoy, sabemos que las tribulaciones son muy importantes para nuestra vida porque hace que pensemos en el lugar donde esta Dios mismo, el cielo, pero también estas tribulaciones sirven para fortalecer nuestra fe y dar gracias a Jesús por hacernos pertenecer a su reino, que está en nuestros corazones por medio del poder del Bautismo, el Evangelio y el cual fortalecemos cada vez que tomamos la Santa Cena. Por esto nosotros entendemos que es el reino de Dios, no es un milenio lleno de prosperidad material, no es un lugar que solo pertenecen personas perfectas, no es un reino donde solo pertenecen personas que cumplen los mandamientos de Dios. El reino de los cielos es el perdón que hemos recibido por la vida perfecta de Cristo, su sufrimiento, muerte y resurrección. Este reino nos ha hecho Teófilos, amando y confiando en nuestro Dios. Por esto estamos alrededor de las marcas de la iglesia, el Evangelio y los Sacramentos, usamos estos medios de gracia porque son los que usa el Espíritu Santo para llevar a las personas al reino de Dios dando la fe en Cristo Jesús. Este reino de Dios el cual vive en nosotros nos ha dado la seguridad que el Espíritu Santo nos ha hecho testigos de todo lo que Jesús hizo y enseñó por medio de la Palabra de Dios y por esto enseñamos la Palabra de Dios a otros, este mundo solo tiene una esperanza y nosotros la tenemos en nuestro corazón el poder del evangelio. Este evangelio no solo se queda en palabras, hay muchos hechos reales que hacemos para mostrar que el reino de Dios aún habita en este mundo y es quien controla este mundo. Jesús y sus apóstoles hicieron milagros como evidencia de la presencia del reino de Dios y nosotros no tenemos un mandato de hacer milagros pero si estamos llamados a adorar a Dios como sus Teófilos y testigos en cualquier lugar, adoramos a Dios con nuestras vidas, porque los Teófilos nos congregamos con frecuencia, escudriñamos la Palabra cada día, oramos sin cesar, amamos y cuidamos nuestros matrimonios, enseñamos a nuestros hijos la verdad de la Palabra y les guiamos a vivir en ella y todos unidos estamos esperando a que Jesús venga por segunda vez. Por esto mis Teófilos, cada vez que estamos aquí reunidos somos como las vírgenes prudentes que mantenemos nuestras lámparas llenas de aceite, es decir, el Espíritu Santo en nuestras vidas, el cual hace que cada día estemos dentro del Reino de Dios y hace que el Reino de Dios este en nuestros corazones. Mientras que partamos de este mundo y vivamos muchas tribulaciones solo dejemos que sea nuestro Dios quien nos siga guiando hasta que estemos en su presencia.
Por esto Teófilos amados, demos gracias a Dios por hacernos suyos por su Gracia y ayudemos para que este Reino de expanda por todas las naciones, así como Jesús mandó antes de ir a los cielos: hagan discípulos a todas las naciones enseñándoles y bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
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