SEXTO DOMINGO DE PENTECOSTÉS
La adoración enfocada busca el servicio de Jesús más que el servicio para Jesús.
Tema del Día
Es bueno y agradable a Dios que nuestro amor por Él nos impulse a servirle. Sin embargo, cuando adoramos a Dios, hay algo aún más importante. De hecho, es lo único esencial. No es nuestro servicio a Él, sino su servicio a nosotros. Amamos a Dios, su nombre y su Palabra no para demostrarle nuestro valor, sino porque Él nos ha demostrado nuestro valor. Él es el Dios que nos rescata sin ayuda del reino de las tinieblas de Satanás. Su nombre comunica su amor fiel e incondicional a pesar de nuestros fracasos. Su Palabra nos entrega todos los dones espirituales que quiere que recibamos.
Oración del día
Dios todopoderoso, te damos gracias por haber sembrado en nosotros la semilla de tu Palabra. Por tu Espíritu Santo, ayúdanos a recibirla con alegría y a dar frutos de fe, esperanza y amor; por tu Hijo Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y siempre.
Primera lectura: Génesis 18:1-14
Con su amable visita y sus amables palabras, el Señor sirve a Sara exactamente con lo que ella necesita. «Sara, cuya participación en la experiencia debería ser algo más que puramente natural y física, necesita ser dirigida de tal modo que su fe le permita tomar parte de una manera verdaderamente digna del acontecimiento» porque ella puede estar segura al igual que Abraham que la promesa de Dios se cumplirá
1Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día. 2Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, 3y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo. 4Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, 5y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho. 6Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo. 7Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo. 8Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron.
9Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda. 10Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él. 11Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. 12Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? 13Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? 14¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.
Salmo 119:33-40
La Iglesia canta el Salmo 119 en los servicios que nos animan a tomarnos en serio la Palabra de Dios. Basado en el alfabeto hebreo, es el salmo más largo y el capítulo más largo de la Biblia. Martín Lutero dijo: «El Salmo 119 es una meditación profunda sobre la Palabra de Dios. Es útil para la oración y para refutar las afirmaciones del diablo y de los falsos maestros. Contiene toda clase de oraciones, consuelo, instrucción y acción de gracias, agradando a Dios y contristando al diablo.»
He
33Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos,
Y lo guardaré hasta el fin.
34Dame entendimiento, y guardaré tu ley,
Y la cumpliré de todo corazón.
35Guíame por la senda de tus mandamientos,
Porque en ella tengo mi voluntad.
36Inclina mi corazón a tus testimonios,
Y no a la avaricia.
37Aparta mis ojos, que no vean la vanidad;
Avívame en tu camino.
38Confirma tu palabra a tu siervo,
Que te teme.
39Quita de mí el oprobio que he temido,
Porque buenos son tus juicios.
40He aquí yo he anhelado tus mandamientos;
Vivifícame en tu justicia.
Segunda lectura: Colosenses 1:1-14
El poder del Evangelio era también la base de la confianza de Pablo para su continua oración por los colosenses. Pide que Dios los llene de conocimiento y sabiduría. Pide que Dios les permita agradarle dando fruto en toda buena obra. Esta vida de servicio a Dios es una respuesta natural a su servicio a nosotros a través del Evangelio. Nuestro servicio a él es una oportunidad para vivir de una manera que sea digna de lo que él nos ha dado. Por medio del Evangelio, nos ha calificado para una porción de la herencia de su pueblo.
1Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, 2a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
3Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, 4habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, 5a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, 6que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, 7como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, 8quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.
9Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, 10para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; 11fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; 12con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Texto del Sermón: Evangelio de Lucas 10:38-42
En su viaje a Jerusalén, Jesús es acogido en casa de dos hermanas. Rápidamente se hace evidente, sin embargo, que Jesús desea ser el anfitrión de la velada. Mientras María se sienta a sus pies para escucharle, Jesús está encantado de servirla con sus palabras de sabiduría y gracia. En la agenda de Marta estaba esa noche un servicio diferente. Quería ofrecer a Jesús lo mejor de sí misma en esta ocasión especial. Mientras María se sentaba para ser servida por las palabras de Jesús, Marta estaba en pie, corriendo de aquí para allá en su servicio a Jesús.
38Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. 39Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. 40Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
TENEMOS LA BENDICIÓN DE ADORAR A NUESTRO DIOS CON TODA NUESTRA VIDA
Hemos estado centrados en estos domingos con el evangelista Lucas, sabemos que el mensaje principal de este evangelio esta centrado en el último viaje de Jesús hacia Jerusalén. Es interesante como este evangelista muestra diferentes facetas de la vida cristiana como lo hemos visto en sermones pasados, hoy hablaremos sobre nuestra adoración a Dios. En oportunidades creemos que solo adoramos a Dios cuando estamos en el servicio de alabanza, pero en realidad, esta es una manera de adorarlo porque Pablo en Romanos 12:1 nos dice: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. Concluimos que no solo adoramos a Dios cuando nos congregamos, sino que también le adoramos con nuestras vidas de Santificación.
Para hablar de la vida de Santificación necesitamos tener claro que la Santificación esta estrechamente conectada con la Justificación por medio de la fe, todos nosotros sabemos que esta doctrina nos enseña que somos declarados justos delante de Dios por medio de la doble sustitución de Jesús, su vida perfecta, sufrimiento, muerte y resurrección. La obra que Cristo hizo por nosotros produce amor y agradecimiento a Dios porque no nos mandó al infierno, no nos dio el castigo que merecemos sino su perdón. Pero quien está detrás de todo esto es el Espíritu Santo, por esto encontramos mucho sentido a lo que Pablo dice a los Efesios cuando habla que la Justificación produce la Santificación de esta manera: 8Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9no por obras, para que nadie se gloríe. 10Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:8-10. Estas obras que habla Pablo, es la vida de Santificación, nuestra vida de adoración constante a nuestro Dios y, nuestra adoración al momento de congregarnos.
Los pasajes que tenemos para este día, nos conectan con ejemplos de adoración en estas dos maneras, la vida diaria y en la congregación. Abraham, llamado el Padre de la fe sabemos que no podía tener hijos con Sara su esposa por su vejez, todos nosotros sabemos que tenemos una edad fértil y Moisés nos cuenta que en el caso de este matrimonio había cesado esta fertilidad: Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. (Génesis 18:11). Esta promesa, que esta conectada con el evangelio donde Sara tuvo la oportunidad de Adorar a Dios confiando en su Palabra, pero no lo hizo, peco contra el primer y tercer mandamiento con esta actitud 12Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo? (Génesis 18:12), esta risa de Sara fue de incredulidad, no creyó que podía tener un hijo a esta edad. El otro ejemplo lo podemos ver con Marta en la visita de Jesús en su casa, Jesús era un buen visitante porque Él siempre buscaba predicar la Palabra de Dios, pero en esta oportunidad el evangelista nos da la respuesta de Jesús: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. (Lucas 10:41). Jesús le mostró a Marta que ella estaba muy distraída en cosas que no eran importantes en ese momento que Él estaba predicando la Palabra de Dios y así ella pecó también contra el primer y tercer mandamiento. Sara y Marta nos muestran quienes somos nosotros en la adoración en nuestra vida y cuando nos congregamos. La manera de mostrar nuestra falta de confianza en Dios en las promesas de su Palabra es evidente con nuestro pecado, cada vez damos prioridad a nuestras debilidades de la carne como lo enseña Pablo a los Gálatas: 19adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. (Gálatas 5:19-21) solo nos recuerda lo irreverentes que somos y con nuestro pecado adoramos al diablo y no a Dios, por esto piensa que cada vez que tenemos malos pensamientos, palabras y obras no solo desobedecemos a Dios, sino que no le adoramos a Él sino al maligno. En nuestros servicios de adoración o en nuestras clases u otras actividades que podemos hacer para nuestro bienestar espiritual nos hemos comportado como niños espirituales, somos adictos al celular, parece que no podemos dejar de pasar una llamada o un mensaje de WhatsApp porque es más importante esto que seguir concentrados en el servicio de Adoración. También en oportunidades no tenemos nuestro corazón dispuesto para estar alimentándonos espiritualmente porque estamos concentrados en otras prioridades y no en oír la Palabra de Dios, si nosotros somos entendidos en la Palabra y aplicamos esto en la adoración en el servicio divino apreciamos que tenemos la Ley y el Evangelio aún en la liturgia y por esto no podemos permitir que cualquier distracción nos impida adorar a Dios, pero en realidad nos distraemos con frecuencia y distraemos a los demás hermanos con nuestra llegada tarde al culto, con mantener un ring ton en nuestro celular que suena en medio del servicio y hasta nos da la conversadera con el hermano en la fe como si no tuviéramos otro tiempo para hacerlo. Mis hermanos, cada uno de nosotros merecemos la muerte eterna por nuestra falta de reverencia en nuestra vida de Santificación, pecando contra la primera tabla de la Ley, porque no confiamos, no invocamos y no escuchamos a nuestro Dios.
Nuestro corazón ha cambiado mucho por la obra del Espíritu Santo por el poder del Evangelio, porque lo primero que hace es llevarnos a Cristo, quién nunca se distrajo en la adoración a Dios, el Evangelio para este día nos enseña cual era la prioridad de Jesús, es un cumplimiento de su Palabra cuando contesto al diablo en el desierto: “no solo de pan vivirá el hombre, sino te toda palabra que sale de su boca” y ahí estaba en Betania en casa de Marta y María enseñando la Palabra de Dios, alimentando a todos los que estaban ahí con la Palabra de Dios y no dando prioridad a la comida física y por esto somos perdonados de nuestro pecado en nuestra vida de Adoración. Pero Jesús también Adoró al Padre en la cruz ofreciendo su vida como Sacrificio: 12pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. (Hebreos 10:12-14). Podemos apreciar el resultado de la muerte de Cristo en la Cruz, con su ofrenda no solo aplastó al diablo, el pecado y el mundo, nuestros enemigos, sino que nos Santificó a nosotros, es decir, nos compro para que tengamos una nueva vida en Cristo Jesús por la obra del Espíritu Santo.
Ahora ¿cómo vamos a usar todo este mensaje en nuestras vidas? lo primero es confiar en las promesas de Dios, las cuales hoy nos han asegurado no solo el perdón de nuestros pecados sino también la vida eterna por el regalo de la Gracia, no tuvimos que hacer nada para recibir esto, sino que nuestro Dios lo hizo todo por nosotros. Y esta promesa nos hace que estemos alimentando no a nuestro viejo hombre, sino a nuestro nuevo hombre y por esto necesitamos en nuestra adoración diaria tener contacto con la Escritura y la Oración. Porque por medio de la Escritura es el trabajo del Espíritu Santo en nuestras vidas alimentando: el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza (Gálatas 5:22-23) y con nuestra oración diaria vamos a pedir lo que Pablo pidió por los Colosenses, el crecimiento en el conocimiento y sabiduría de Dios que nos da por medio de su Palabra. También oremos para que presentemos defensa y refutar las enseñanzas falsas del diablo y los falsos maestros, pero lo más importante es que cada día sigamos creciendo en nuestra madurez cristiana, porque la Adoración a Dios hace que cada día estemos más cerca del cielo y nuestra eternidad con Dios, así como lo enseña Pablo en 2 Corintios 4:16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Amén
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