DÉCIMO DOMINGO DE PENTECOSTÉS
Un Salvador centrado centra a sus seguidores frente a la oposición.
Tema del Día:
Como Jesús vino por una razón, nuestra Salvación, inevitablemente causaría división. Este evangelio inevitablemente dividirá. Los que abrazan este evangelio con fe se enfrentarán inevitablemente a la hostilidad. A medida que los seguidores de Jesús se esfuerzan por completar su carrera, se enfrentarán a la oposición. Esa oposición vendrá con dolor, y tendrá un precio.
Oración del día
Dios todopoderoso y misericordioso, sólo por el don de tu gracia podemos llegar a tu presencia y ofrecerte un servicio verdadero y fiel. Concédenos que nuestro trabajo en la tierra te sea siempre grato, y en la vida futura danos el cumplimiento de lo que nos has prometido; por tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y siempre.
Primera Lectura: Hebreos 12:1-13
Los cristianos a los que iba dirigido el libro de Hebreos no necesitaban que se les advirtiera de la división que causaría Jesús y de la oposición que suscitaría la fe en él. Ya habían experimentado ambas cosas de primera mano. Uno de los principales objetivos del libro es animar a estos cristianos a perseverar frente a la oposición en lugar de rendirse.
1Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, 2puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
3Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. 4Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; 5y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
6Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo.
7Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. 9Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? 10Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. 11Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
12Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; 13y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.
Salmo 4
La Iglesia canta el Salmo 4 como un grito de alivio, paz y alegría en medio de la agitación y la angustia. El Señor es fiel a sus promesas y escucha cuando le invocamos. Martín Lutero dijo: «El cuarto salmo nos consuela y nos enseña a la vez. Dios nos consuela después de haber puesto a prueba nuestra fe y nuestra paciencia. El salmo nos enseña a confiar en Dios aunque las cosas vayan mal. También reprende a los impíos, que se ocupan del consuelo carnal. Si alguien les habla de fe y paciencia, desprecian la instrucción. Pero los creyentes encuentran su ayuda en el Señor».
Al músico principal; sobre Neginot. Salmo de David.
1Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia.
Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar;
Ten misericordia de mí, y oye mi oración.
2Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia,
Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira?
Selah
3Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí;
Jehová oirá cuando yo a él clamare.
4Temblad, y no pequéis;
Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad.
Selah
5Ofreced sacrificios de justicia,
Y confiad en Jehová.
6Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien?
Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.
7Tú diste alegría a mi corazón
Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.
8En paz me acostaré, y asimismo dormiré;
Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.
Segunda Lectura: Evangelio de Lucas 12:49-53
Jesús era plenamente consciente (y quería que sus discípulos lo fueran) de que su obra causaría división. Al igual que el fuego separa la escoria del metal, Jesús y su obra dividirían a los pueblos de la tierra. Separaría a los que abrazan la obra de Jesús de los que se oponen a ella. Esa división a menudo se produciría cerca de casa y traería consigo mucho dolor.
49Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido? 50De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla! 51¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión. 52Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos, y dos contra tres. 53Estará dividido el padre contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.
Texto Sermón: Jeremías 23:23-29
Las palabras que el Señor puso en boca de Jeremías habían causado división. El Señor le envió a decir al pueblo que no confiara en sus propias fuerzas ni en las formalidades religiosas, sino que se volviera al Señor arrepentido. De lo contrario, el juicio del Señor caería sobre su amada ciudad y su templo. La Palabra del Señor divide lo que es verdadero de lo que es falso. Como el fuego, consume lo que no tiene valor, como la paja. Como un martillo, hace pedazos todo lo que no es sólido.
23¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? 24¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? 25Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. 26¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón? 27¿No piensan cómo hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal? 28El profeta que tuviere un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra, cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo? dice Jehová. 29¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?
EL AMOR A LA PALABRA NOS TRAE DIVISIONES ENTRE LOS MÁS AMADOS
Pablo al escribir a los Efesios les enseñó y recordó esta verdad: 3solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 4un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 5un Señor, una fe, un bautismo, 6un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. (Efesios 4:3-6). Es muy claro lo que enseña Dios por medio de Pablo, guardar unidad en la vida espiritual porque hay un solo Señor, una sola fe, un solo Bautismo y un solo Dios que es Padre de todos, estos versos no necesitan mucha explicación porque nos llevan a ver a Dios y su Palabra como una sola, es por esto que vemos las doctrinas de la Escritura como una Sola, porque ella solo enseña la verdad del Pecado y del Perdón. Pero estas dos palabras, Pecado y Perdón encontramos muchas explicaciones y hasta especulaciones y todo porque muchas personas solo hablan de Dios no teniendo en cuenta su Palabra sino lo que su razón y corazón les dictan. En las señales antes del fin, nuestro Señor Jesucristo nos dice: Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. (Mateo 24:24). Lastimosamente hay falsos maestros desde que entró el pecado al mundo y el trabajo de ellos es dividir la verdad de la Palabra de Dios hasta que nadie sepa cual es la voluntad de nuestro Dios.
¿Qué tanto nos importa a nosotros que se predique la falsa doctrina? Tal vez al pensar en la respuesta a esta pregunta tendremos un sentimiento de poco interés por que creemos que la falsa doctrina nunca hará parte de lo que creemos. Pero en realidad si es un problema, porque el diablo anda como un león rugiente buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8). El diablo es tan sútil que usa la falsa doctrina en nuestra vida cuando escuchamos, hablamos o actuamos, sin tener en cuenta lo que dice la Palabra de Dios y es donde no solo pecamos contra nuestro Dios y su Palabra, sino que nos comportamos como los falsos maestros que solo queremos justificar nuestros actos con la falsa doctrina.
En los tiempos del profeta Jeremías Judá tenia problemas espirituales y no podian decidir como nación porque estaban viviendo el cautiverio en Babilonia. Dios había comisionado a los reyes y a los profetas para que estudiaran y hablarán a su pueblo la verdad de su Palabra, pero algunos reyes de Judá, quienes tenían la promesa del Salvador no estudiaban la Palabra de Dios y tanto ellos como su pueblo entraron en un enfriamiento espiritual y, los profetas, que también necesitaban tener un contacto con la Palabra ignoraron lo que Dios había dicho por medio de Jeremías acerca del juicio de Dios a su pueblo infiel por adorar a Baal. Nombre con el cual los israelitas designaban al dios de la naturaleza, de la fertilidad. La palabra significa “señor”, “amo”, “esposo”. Los profetas falsos llegaron a decir que Dios no podía estar con ellos, porque no puede estar en todas partes, por esto tenían a este dios local para adorarlo. La respuesta de Dios es evidente ante esta falsa doctrina: 23¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? 24¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?. El diablo como león rugiente ataca fuertemente a nuestras familias, nuestros empleos, nuestra salud, lo más importante, nuestra relación con Dios y nos hace creer que Dios esta lejano de nosotros, que no esta interesado en nuestras vidas y en tener una relación con cada uno de nosotros, por esto llenamos este vacío con pequeños dioses como abusar del alcohol, las sustancias sicoactivas, caer en una vida sexual desordenada, escuchar consejos de los incrédulos o escuchar a nuestra familia que nos dice: “desde que abandonaste la religión verdadera solo tienes problemas”, también empezamos a visitar brujos y hasta intentamos tener amuletos donde buscamos la protección de cualquier cosa, menos de Dios. Esto es el resultado de escuchar a falsos profetas, tal como Dios los denunció por medio del profeta Jeremías 25Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. 26¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón? 27¿No piensan cómo hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con sus sueños que cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus padres se olvidaron de mi nombre por Baal? Es por esto mis hermanos que estas actitudes pecaminosas nos hacen merecedores de la muerte eterna por confiar en otras cosas y menos en Dios y reconozcamos que hemos sido presa fácil de nuestro viejo hombre y del pecado que vive dentro de nosotros obedeciendo a personas que no tiene la misma fe nuestra y haciendo división con nuestro Dios.
Por esto mis hermanos estamos aquí reunidos hoy, viendo como Dios destruye la palabra de los falsos maestros porque esta palabra es paja, en cambio la Palabra de Dios es trigo, es un alimento fuerte y sólido. Esta palabra de Dios es poderosa; es un fuego que consume el tejido frágil de nuestra propia justicia. Es el fuego que nos purifica para el Señor. Es como un martillo poderoso que golpea hasta ablandar al corazón más duro de modo que sea creado de nuevo. Sí leemos este capitulo 23 encontramos esta verdadera Palabra de Dios, nuestro Dios habló por medio del profeta diciendo: 5He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. 6En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra. (Jeremías 23:5-6). El profeta está hablando de Cristo Jesús, nuestra Justicia. Pablo nos enseña más acerca de esta justicia: 22la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados (Romanos 3:22-25) Cristo es nuestra justicia porque ÉL recibió todo el castigo de parte de Dios y nosotros recibimos el perdón, Cristo es nuestra Justicia porque ÉL llevó una vida perfecta por nosotros, predicó perfectamente la Palabra de Dios y ÉL fue el Profeta perfecto del cual habló Moisés y por esto hoy nosotros somos perdonados de nuestro pecado hacia el primer mandamiento y nuestro pecado de ir en contra de Palabra de Dios con nuestros dioses.
Los ataques del diablo hoy en día son más fuertes y certeros, ha creado un moralismo en nosotros donde aprobamos todas las cosas de los incrédulos, haciéndolos pequeños dioses, por no perder una amistad o la familia o hasta no perder un empleo, pero el Espíritu Santo nos anima a que no tengamos miedo a esos que creen que entre más hablan saben más, o frente aquellos que tienen un poder o influencia sobre nosotros como nuestros padres, hermanos o familia cercana cuando atacan nuestra fe queriendo apartarnos de nuestro Dios. Somos hijos de Dios influenciados por el Espíritu Santo quien por amor a nosotros nos ha dado la valentía de predicar la verdad de la Palabra a todas las personas, aunque esto nos traiga problemas, Jesús lo enseñó en el evangelio de hoy, habló de las disensiones que tendremos por no obedecer al incrédulo y obedecer a Dios, esto no es fácil en la práctica porque los que más nos acusan en nuestra vida de creyentes son las personas más cercanas a nosotros y aún con las que compartimos el techo. Pero, aunque ellos nos ataquen, nosotros vamos a mostrarle amor al predicar la Ley, mostramos amor al orar por ellos, mostramos amor al anunciarles que para ellos también es la Justicia de Cristo porque su obra fue por todo el mundo y así nosotros siempre mantendremos la puerta abierta para que ellos puedan escuchar y creer que también la vida eterna es para ellos y por esto nosotros también seremos ejemplo de tolerancia y benevolencia para que ellos vean que, aunque no les guste lo que creemos siempre vamos a mostrar la necesidad de Cristo en sus vidas para que no peleen más con Dios, porque estas discrepancias son con Dios y así el mismo Espíritu Santo les convencerá para que vivamos juntos en la misma fe hasta que partamos de este mundo porque estas discrepancias es la oportunidad de ver el poder de la Palabra de Dios en nuestras vidas. Amén
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