El segundo domingo de cuaresma
(Púrpura)
Tema del día: Jesucristo fue a la cruz para reconciliarnos con Dios y para darnos entrada en el cielo.
La Colecta: Oh Dios, cuya gloria consiste siempre en mostrar misericordia: Muestra tu gracia a todos aquellos que han errado de tu camino y obra en ellos corazones arrepentidos que se aferren a la verdad de tu Palabra; por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
La Primera Lectura: Romanos 5:1-11 Dado que Dios en su amor nos declara inocentes por los méritos de Jesucristo, nosotros tenemos entrada en el cielo y paz para con Dios. Nos gloriamos en la esperanza segura del cielo y aun en las tribulaciones, porque sabemos que Dios nos ama aunque somos pecadores y que nos fortalece en medio de las tribulaciones.
1Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
6Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
El Salmo del Día: Salmo 73
Salmo de Asaf.
1 Ciertamente es bueno Dios para con Israel,
Para con los limpios de corazón.
2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies;
Por poco resbalaron mis pasos.
3 Porque tuve envidia de los arrogantes,
Viendo la prosperidad de los impíos.
4 Porque no tienen congojas por su muerte,
Pues su vigor está entero.
5 No pasan trabajos como los otros mortales,
Ni son azotados como los demás hombres.
6 Por tanto, la soberbia los corona;
Se cubren de vestido de violencia.
7 Los ojos se les saltan de gordura;
Logran con creces los antojos del corazón.
8 Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia;
Hablan con altanería.
9 Ponen su boca contra el cielo,
Y su lengua pasea la tierra.
10 Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí,
Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos.
11 Y dicen: ¿Cómo sabe Dios?
¿Y hay conocimiento en el Altísimo?
12 He aquí estos impíos,
Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.
13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón,
Y lavado mis manos en inocencia;
14 Pues he sido azotado todo el día,
Y castigado todas las mañanas.
15 Si dijera yo: Hablaré como ellos,
He aquí, a la generación de tus hijos engañaría.
16 Cuando pensé para saber esto,
Fue duro trabajo para mí,
17 Hasta que entrando en el santuario de Dios,
Comprendí el fin de ellos.
18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos;
En asolamientos los harás caer.
19 ¡Cómo han sido asolados de repente!
Perecieron, se consumieron de terrores.
20 Como sueño del que despierta,
Así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia.
21 Se llenó de amargura mi alma,
Y en mi corazón sentía punzadas.
22 Tan torpe era yo, que no entendía;
Era como una bestia delante de ti.
23 Con todo, yo siempre estuve contigo;
Me tomaste de la mano derecha.
24 Me has guiado según tu consejo,
Y después me recibirás en gloria.
25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?
Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
26 Mi carne y mi corazón desfallecen;
Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
27 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán;
Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.
28 Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien;
He puesto en Jehová el Señor mi esperanza,
Para contar todas tus obras.
La Segunda Lectura: Marcos 8:31-38 En esta lectura, Cristo revela a sus discípulos que va a ser necesario que él sufra y muera. Cuando Pedro intenta regañarlo por hablar así, Cristo muestra que su camino (y el camino de cada cristiano) es el camino de la cruz.
31Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días. 32Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle. 33Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
34Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 35Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. 36Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? 37¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
38Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
El Versículo: Jesús se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Texto Sermón: Génesis 28:10-17 Dios promete a Jacob lo que había prometido a su abuelo Abraham y a su padre Isaac. El cumplimiento completo de esa promesa se encuentra en Jesucristo, el cual es “la escalera” al cielo.
10Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Harán. 11Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar. 12Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. 13Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. 14Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. 15He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. 16Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. 17Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.
HERMANOS EN LA CUARESMA CRECEMOS COMO HIJOS DE DIOS
La historia de Jacob es muy conocida por cada uno de nosotros, la biblia nos cuenta que en su nacimiento dentro del vientre de Rebeca sucedió lo siguiente: 24Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre. 25Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú. 26Después salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Génesis 25:24-26, este acto cuenta la personalidad de Jacob, Su nombre (“el que agarra el talón”) perpetuó este recuerdo. Alguien que hubiera estado presente durante el nacimiento podría haber pensado que parecía como si el hermano menor quisiera evitar que el mayor naciera primero. Sus padres pudieron haber escogido ese nombre inocentemente, pero al desarrollarse la historia de la vida de Jacob, su nombre sugiere “alguien que suplanta a otro, que lo defrauda”. Sabemos que al menos en una ocasión el gemelo mayor interpretó el nombre Jacob de esa manera Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí? Génesis 27:36. Esta situación trajo problemas serios entre los dos hermanos, Esaú odio a su hermano Jacob, deseo matarlo por su engaño y la historia que estamos meditando en este segundo domingo de Cuaresma nos enseña lo que sucedió en una noche mientras Jacob salió de su familia como consecuencia de su pecado. Este engañador nos representa a cada uno de nosotros porque hemos querido ser más que Dios, estando en contra de su Palabra y su nombre, por lo tanto, en nuestra carne que está el pecado encontramos que somos engañadores, mentirosos, infieles, desobedientes, avaros y amadores del mal, nuestro nombre no tiene un significado con el pecado como el de Jacob, pero nuestra carne merece ser condenada en las tinieblas eternas por ser amadores del mal.
Este tiempo de Cuaresma no solo nos enseña que hizo Cristo por nosotros preparándonos para la Semana Santa y la Pascua sino que nos muestra la necesidad de vivir como creyentes porque en las lecturas para este día encontramos dos comunes denominadores, el primero es la referencia al pecado, en el Salmo 73 escrito por Asaf, un famoso Levita que compuso y fue cantor de salmos mostró como cayó en el engaño a causa de su pecado: 2En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos. 3Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. En el texto del evangelio de Marcos escuchamos como Jesús señalo la humanidad en ese momento generación adúltera y pecadora. Marcos 8:38, pero si nosotros vemos nuestra vida en este momento, y usamos estos dos versos como un espejo para nosotros solo se muestra nuestro pecado y nuestra incapacidad de quitar el mismo y, agradar a Dios por nuestros méritos. Leemos como Pedro se dejó tentar por el diablo aconsejando a Jesús que no fuera a Jerusalén para ser sacrificado y solo vemos en este apóstol lo que nos sucede a cada uno de nosotros al poner nuestra mirada en las cosas de los hombres. Jacob estaba escapando de su hermano y la consecuencia de su pecado vivir alejado de su familia por ser engañador, nosotros hoy vivimos nuestras consecuencias de nuestro pecado por ser engañadores en la familia, no nos tienen confianza y cada vez que nos escuchan hablar de algo solo quieren huir de nosotros para no caer en nuestros engaños, la mentira ha destruido la relación entre padres e hijos y por esto ya no hay un diálogo dentro del hogar, miremos los matrimonios destruidos y familias acabadas por la infidelidad y las pocas cosas materiales que se consiguieron dentro del matrimonio se perdieron, al ser desobedientes cuantas veces hemos estado en la cárcel o nos hemos quedado sin trabajo o hasta fuera de casa por ser contumaces y rebeldes; hoy nosotros podemos estar enfermos por las cosas materiales que no podemos tener o no hemos alcanzado tener, nuestra carne solo ha pensado en cómo hacer el mal por no ser felices con las cosas que Dios nos ha dado, por último podemos pensar en las enfermedades, el desempleo y los problemas económicos que tenemos es por la consecuencia de nuestro pecado.
Dios no cambia la consecuencia del pecado que vivimos hoy en día, pero sí hizo dos cosas importantes por nosotros, la primera ha perdonado nuestro pecado, Jacob al dormir tuvo este sueño 11Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar. 12Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Es muy claro el significado de este sueño y la escalera porque el nuevo testamento nos muestra lo que realmente es, leemos en Juan 1:51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre. Dios construyó en Jesucristo un puente por el cual él viene a nosotros y nosotros vamos a él, Dios se le apareció a Jacob en lo alto de la escalera celestial para recordarle las promesas que le había dado a su abuelo Abraham y Jacob aprendió con esto lo que nosotros hoy aprendemos que somos hijos débiles y pecadores, pero a la vez estamos reconciliados con el Padre Celestial por medio de Jesucristo. Nuestro Señor vino a este mundo para ganar el perdón que nosotros necesitamos y lo vemos en este evangelio para hoy cuando reprendió a Pedro ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Jesús perfectamente siempre puso su mirada y confianza en las cosas de Dios, por esto nunca pecó, pero sí mostró su amor para con cada uno de nosotros al dejarse tratar como un miserable pecador y aquí encontramos la segunda cosa que hizo Dios por nosotros porque nos libró de ser castigados en el infierno al castigar a su hijo en la cruz, Marcos nos dice hoy: es necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días. En la cruz nuestro Salvador recibió el castigo que nosotros merecemos y en la cruz nosotros fuimos reconciliados con el Padre, en el sueño Jacob llamó este lugar casa de Jehová (Betel), en la Escritura encontramos cada uno de nosotros como vivimos en la casa de Jehová cada día porque pertenecemos a su reino y nos ha hecho su hijos para glorificarle.
Jacob tardó muchos años para crecer en su vida espiritual, todo esto le sirvió para encontrarse con su hermano Esaú años después y pedir su perdón, luego vemos como él soportó por amor los engaños de su suegro Labán y después fue usado por Dios para ser el padre de las doce tribus de Israel, este hombre nunca fue perfecto pero la biblia nos enseña cómo fue creciendo en su vida de santificación y lo vemos en las historias de los sufrimientos que le trajeron sus hijos pero siempre confió en Dios, nosotros hoy por la misma obra y poder del Espíritu Santo ya no hacemos parte de la generación adúltera y pecaminosa sino que hacemos parte de la generación creyente que estamos cada día viviendo agradecidos con Dios y mostramos que le adoramos diariamente en nuestras vidas. El perdón que Cristo nos ha dado nos ha ayudado a vivir en el perdón en nuestros días, por esto pedimos perdón a los que hemos ofendido con nuestra carne pecaminosa y mostramos el fruto de arrepentimiento que el evangelio produce en nuestras vidas para que todos los que están a nuestro alrededor puedan ver a Cristo en nuestras vidas, amamos al prójimo y por esto honramos nuestra palabra, la Biblia nos enseña a decir si, si o no, no, este amor también lo mostramos al ser obedientes a todos aquellos que tienen autoridad sobre nosotros y también nos sometemos unos a otros como la Biblia nos manda, la fidelidad en todas nuestras relaciones es visible porque el amor que hemos recibido nos anima a mostrarlo en nuestro matrimonio para obedecer la palabra que nos manda a estar unidos hasta que la muerte nos separe, la felicidad en este mundo depende de las bendiciones espirituales que nuestro Dios nos da por el poder de su Palabra y la gran bendición que tenemos es ser templos del Espíritu Santo que permite que nosotros busquemos constantemente el reino de los cielos y confiamos que las cosas materiales, la añadidura Dios las da de acuerdo a su voluntad. Por esto mis hermanos hoy demos gracias a Dios que hemos muerto para este mundo y vivimos para Dios quien nos ha llamado a ser sus hijos por su Hijo unigénito, Amén
Los Himnos:
Algunos himnos sugeridos:
Cantad al Señor:
17 De tal manera Dios amó
18 Te saludo, Cristo santo
88 Sublime gracia
47 A nadie amaré como a Cristo
48 Busca primero el reino de Dios
49 Con el buen Jesús andemos
50 Cristiano soy
51 Dios de gracia, Dios de gloria
52 Hermanos cantad
53 Seguidme a mí, dice el Señor
56 Alzad la cruz
Culto Cristiano:
47 Cristo vida del viviente
54 ¿Vives triste y angustiado?
67 Santo Cordero
164 En todo tiempo
165 Hay una fuente
202 Oí la voz del Salvador
219 Roca de la eternidad
223 Confío yo en Cristo
225 Por gracia sola yo soy salvo
229 Tal como soy
254 ¡Firmes y adelante!
255 Qué mi vida entera esté
257 Mirad y ved
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