TERCER DOMINGO DE PENTECOSTÉS
Un Salvador centrado tiene seguidores centrados
Tema del Día
Una característica única del evangelio de Lucas es la sección central, a menudo denominada relato del viaje. Esta larga sección del evangelio comienza cuando Lucas nos dice que Jesús «resolvió con firmeza dirigirse a Jerusalén.» El propósito de este viaje no es el ganar una corona terrenal. Viajó resueltamente a Jerusalén porque el tiempo de su partida había llegado. Se acercaba el momento de ser llevado al cielo. A lo largo de este viaje a Jerusalén, Jesús dejó claro que este mundo no era su hogar. Sus palabras a las multitudes, a sus discípulos y a sus adversarios a lo largo del camino dejaron claro que lo mismo les sucedía a ellos. Jesús estaba centrado en su destino final. Él quiere seguidores que estén igual de concentrados mientras recorren el camino marcado para ellos
Oración del Día
Oh Dios, que has preparado alegrías incomprensibles para los que te aman. Derrama en nuestros corazones tal amor por ti que, amándote sobre todas las cosas, obtengamos tus promesas, que superan todo lo que podemos desear; por tu Hijo, Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y siempre.
Primera lectura: 1 Reyes 19:19-21
Eliseo demuestra su concentración y compromiso al llamado de Dios por medio del profeta Elías. Aunque tenía una familia y una riqueza considerable (nótese el número de bueyes y el número de sirvientes contratados necesarios para conducirlos), Eliseo deja atrás a ambos. Sacrifica su yunta de bueyes, quema el equipo de arado y ofrece a su familia y a sus trabajadores una fiesta de despedida. Luego se dedica a un arado diferente, el trabajo al que el Señor le había llamado, y no mira atrás.
19Partiendo él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto. 20Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo: Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuelve; ¿qué te he hecho yo? 21Y se volvió, y tomó un par de bueyes y los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne, y la dio al pueblo para que comiesen. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía.
Salmo 62
La Iglesia canta el Salmo 62 en los servicios que hacen hincapié en el descanso que encontramos en Jesús, no en nada que nosotros mismos logremos o soportemos. El tema del salmo es la absoluta fiabilidad de nuestro Dios, que nos mueve a huir a él con fe y contar con él en las crisis. Martín Lutero dijo: «el Salmo 62 es un salmo de enseñanza. Nos instruye sobre la falsa confianza en los seres humanos y la verdadera confianza en Dios. Los seres humanos simplemente no ven que la confianza en las personas poderosas no vale nada, y se sorprenden cuando todo a su alrededor se derrumba. En cambio, cuando confío en Dios, mi alma queda satisfecha».
Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.
1En Dios solamente está acallada mi alma;
De él viene mi salvación.
2El solamente es mi roca y mi salvación;
Es mi refugio, no resbalaré mucho.
3¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre,
Tratando todos vosotros de aplastarle
Como pared desplomada y como cerca derribada?
4Solamente consultan para arrojarle de su grandeza.
Aman la mentira;
Con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón.
Selah
5Alma mía, en Dios solamente reposa,
Porque de él es mi esperanza.
6El solamente es mi roca y mi salvación.
Es mi refugio, no resbalaré.
7En Dios está mi salvación y mi gloria;
En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.
8Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio.
Selah
9Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón;
Pesándolos a todos igualmente en la balanza,
Serán menos que nada.
10No confiéis en la violencia,
Ni en la rapiña; no os envanezcáis;
Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.
11Una vez habló Dios;
Dos veces he oído esto:
Que de Dios es el poder,
12Y tuya, oh Señor, es la misericordia;
Porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.
Segunda lectura: 2 Corintios 11:21b-30
Las bendiciones en las que se centran los cristianos y por las que se jactan siempre parecerán insensatas al mundo, y viceversa. En Corinto, los llamados «grandes apóstoles» intentaron desacreditar el ministerio de Pablo señalando todos los aspectos en los que parecía débil. Evidentemente, sus tácticas habían sido persuasivas entre los cristianos de Corinto. Pablo tenía que reprenderlos.
21Pero en lo que otro tenga osadía (hablo con locura), también yo tengo osadía. 22¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? También yo. 23¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. 24De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. 25Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; 26en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; 27en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; 28y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias. 29¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno? 30Si es necesario gloriarse, me gloriaré en lo que es de mi debilidad.
Evangelio: Lucas 9:51-62
Tampoco es el hogar de los seguidores de Jesús. Cuando Santiago y Juan quisieron hacer caer fuego del cielo sobre una aldea samaritana, como había hecho Elías en el monte Carmelo, Jesús les reprendió. Como este mundo no era su hogar ni el de ellos, la oposición podía soportarse en lugar de retribuirse. Cuando tres hombres distintos expresaron su interés por seguir a Jesús, Jesús se aseguró de que supieran que la conexión con él significaba la separación del hogar y la familia terrenales
51Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén. 52Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos. 53Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén. 54Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? 55Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; 56porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
57Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 58Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; más el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 59Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. 61Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. 62Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
HERMANOS, EL ESPÍRITU SANTO NOS HACE SEGUIDORES CENTRADOS EN CRISTO
El tema del día de hoy es muy claro para nuestra vida de santificación “un Salvador centrado tiene seguidores centrados” este tema nos lleva a una verdad, vivimos unas batallas espirituales fuertes porque tenemos enemigos fuertes, el diablo y sus ángeles, por esto Pablo nos recuerda esto al escribir: 12Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6:12). El problema de cada uno de nosotros es que somos muy confiados espiritualmente, es decir, no percibimos el poder del diablo y sus ángeles y, cuando pecamos olvidamos recordar que al primero que hemos ofendido es a nuestro Dios, de esta manera vemos la falta del cuidado que tenemos en nuestra vida espiritual. El banquete de textos bíblicos para este domingo nos enseñará que es ser un cristiano centrado porque nuestro Dios no quiere que seamos de doble ánimo como Jacobo y Juan que quisieron venganza en contra de los Samaritanos por no recibirlos como ellos estaban acostumbrados, pero esto les sucedió por su orgullo pecaminoso, el cual tenemos cada uno de nosotros. Este orgullo pecaminoso atrae al diablo y sus ángeles porque es lo que él sabe alimentar, nuestras debilidades, decimos que somos fieles a Dios pero el estudio de su Palabra o el congregarnos con frecuencia pasa fácilmente a un segundo plano, decimos que amamos a nuestros padres pero somos buscando oportunidades de aprovecharnos de su dinero y no pensar en su futuro, creemos que amamos y respetamos la vida pero en verdad somos vengativos, pensamos que somos fieles en nuestras relaciones de matrimonio o noviazgo pero nuestra carne ama el adulterio y la fornicación, no respetamos el tiempo y las cosas materiales de los demás por esto buscamos la oportunidad de quedarnos con las cosas del prójimo, nuestra boca mentirosa siempre a hablado demás y sólo pensemos las veces que hemos dañado el buen nombre del prójimo y finalmente nuestra falta de dominio propio nos ha llevado a no ser felices con lo que tenemos, la avaricia y el egoísmo que son verdadero ladrones nos han llevado a codiciar lo que no es nuestro. Cada uno de los que estamos aquí al escuchar este listado reconocemos que no hemos sido discípulos centrados y fieles a Jesús, con nuestro orgullo pecaminoso hemos arrastrado nuestra vida espiritual mostrando que nuestra relación con Dios no es de importancia y el sacrificio de Jesús no tiene ningún sentido y por esto merecemos la muerte eterna por amar nuestra carne más que a Dios.
Jesús es el único ser humano centrado que toco este mundo, no hay ningún ser humano que sea como Él y que pueda afirmar que no peque, porque la misma Escritura señala su propio pecado: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. (1 Juan 1:8). Porque Jesús es un ser humano único, porque es Dios, en este pasaje del evangelio para hoy vemos el punto principal del evangelio de Lucas al relatar el viaje de Jesús a Jerusalén: 51Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén. El Espíritu Santo nos enseña por medio de la Palabra de Dios cuál era ese motivo de ir a Jerusalén, en el contexto del evangelio para hoy nos dice: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día. (Lucas 9:22). Jesús iba a padecer todo esto para cumplir estas palabras que dijo: el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y la manera de salvarnos fue yendo a la cruz para pagar por cada uno de los pecados nuestros que fueron impulsados por nuestro orgullo pecaminoso y también lo hizo con su vida perfecta, podemos ver cómo vivió Jesús al ser servidor del Reino de los cielos y del Padre Celestial, no tenía posesiones materiales y por esto dijo: El Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza, porque para él el servicio en el reino de los cielos fue una entrega total en tiempo y acciones para anunciar el reino de Dios, y aún demostró dejar hasta su familia atrás dando prioridad a la Palabra y por esto fue el único apto para estar y vivir en el reino de Dios y todo esto lo hizo en nuestro lugar, Jesús es Dios y no tuvo orgullo pecaminoso, por lo tanto cada uno de nuestros pecados fueron perdonados en su obediencia perfecta y por esto vamos al cielo y hoy tenemos una relación con el Dios Trino estable y sincera.
La única manera que seamos seguidores centrados es por la obra del Espíritu Santo y por esto en el banquete de pasajes para hoy vamos aprender que hacer para que vivamos para Dios en medio de este mundo donde es difícil ser cristiano. El salmo 62, nos da una clave importante: 1En Dios solamente está acallada mi alma; De él viene mi salvación. 2El solamente es mi roca y mi salvación; Es mi refugio, no resbalaré mucho. Nuestra alma no tiene descanso en este mundo, lo tiene en Dios porque el Espíritu Santo por medio de la Palabra nos afirma que nuestro Dios es el Salvador y nuestra roca, esto lo traducimos con esta frase: “Dios vive para nosotros, nosotros vivimos para Él” y esto lo podemos resumir en una sola palabra: reverencia, al poner a Dios en primer lugar en nuestras vidas, por el poder del Espíritu Santo, es cuando empezamos a ser seguidores centrados y somos como estos tres hombres que Jesús se encontró en su camino, aquel que dijo: Señor, te seguiré adonde quiera que vayas, el segundo hombre le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre, y el último hombre le dijo: Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Tres cosas aprendemos de ellos que nos ayudan en nuestra vida de Santificación y seamos centrados como seguidores de Jesús: la primera es que las cosas materiales no debe ser nuestra prioridad en este mundo, Jesús no las tuvo y por esto estuvo centrado en el reino de Dios, nosotros necesitamos aprender a ser felices con lo que tenemos y esto es el don de la conformidad, todos nosotros conocemos esta petición: Señor si no puedo tener lo que deseo, ayúdame a desear lo que tengo, entre menos cosas materiales tengamos vamos a tener menos problemas en este mundo y tendremos más tiempo para dedicarlos al reino de Dios, alimentándonos con la Palabra y dedicados a la oración. La segunda enseñanza que tenemos al seguir a Jesús son las lealtades que estarán en conflicto y especialmente con nuestra familia, porque para nosotros la prioridad alta es el evangelio y la predicación del mismo, la Escritura nos enseña en el libro de Eclesiastés que tenemos un tiempo para todo y cuando nuestra prioridad es predicar el Evangelio vamos aprender a ofrecer tiempo de calidad a nuestro matrimonio y familia porque el mismo evangelio nos enseña del verdadero amor, ágape. La tercera cosa que aprendemos consiste en no mirar hacia atrás, el reino de los cielos nos hace mirar siempre hacia adelante, al destino final, el mismo cielo, nuestros pecados han sido perdonados, tenemos una nueva vida en Cristo y necesitamos alimentarla con la Palabra para que nuestra conciencia no nos acuse en ningún momento.
Pero esto no termina aquí, el Espíritu Santo nos muestra un ejemplo más el de Eliseo y Pablo, el profeta cuando fue llamado por Dios por medio del profeta Elías, aunque tenía familia y una riqueza material considerable, sacrificó la yunta de sus bueyes, quemó el equipo de arada y ofreció a su familia y amigos una fiesta de despedida. El ejemplo de Pablo, el cual escribió en la lectura del nuevo testamento para hoy, fue lo difícil de ser testigo de Cristo, al ser perseguido, azotado, sentir hambre, sed, vivir en escasez y hasta sufrió un naufragio. Esto nos enseña que nuestra vida necesita ser una constante adoración a Dios, no solamente al predicar la Palabra sino también en cómo nos mostramos a los demás, seamos personas que mostremos en nuestras acciones y palabras lo que hay en nuestro corazón, el Evangelio mismo y así podemos no solo hacer este mundo diferente al ser guiado por Dios sino que también mostramos que nuestro Dios si es real, la Palabra es real, el reino de los cielos es real y que es real y posible ser seguidores centrados en Cristo. Amén.
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