UNDÉCIMO DOMINGO DE PENTECOSTÉS
Los primeros serán los últimos; los últimos serán los primeros.
Tema del Día
Cuando las palabras de Jesús nos confrontan, lo hace con verdades desafiantes, también trazan una línea en la arena: dividen a la humanidad en dos grupos. Así pues, las palabras de Jesús contienen una advertencia urgente (explícita o no): ¡Escucha! Toma en serio lo que dice Jesús. El camino que Jesús nos ofrece es el que conduce a la puerta de la vida eterna. Ningún otro camino lo hace. Por tanto, ¡haz todo lo posible por entrar por la puerta estrecha que Él ha abierto!
Oración del Día
Dios todopoderoso y eterno, danos un aumento de fe, esperanza y amor; y para que obtengamos lo que prometes, haznos amar lo que nos mandas; por tu Hijo Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y siempre.
Primera Lectura: Isaías 66:18-24
En el día del juicio, el pueblo judío no podría confiar en el hecho de ser el primero de la fila. Para entrar, tendrían que hacerlo con las manos vacías, humildes y contritos de espíritu. Ni el pedigrí racial ni la obediencia a las prescripciones religiosas serían suficientes como resultado, muchos de estos primeros serían excluidos y abandonados al repugnante juicio del Señor.
18Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria. 19Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. 20Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová. 21Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehová.
22Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. 23Y de mes en mes, y de día de reposo* en día de reposo,* vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová.
24Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre.
Salmo 103
La Iglesia canta el Salmo 103 en los servicios que hacen hincapié en que Jesús perdona nuestros pecados y nos da confianza y fuerza contra el diablo y el mundo. Comienza de la misma manera que el Salmo 104, y ambos se cuentan entre los salmos más reconfortantes del Salterio.
Martín Lutero dijo: «El Salmo 103 es un salmo de agradecimiento. Hermoso y bien elaborado, da gracias a Dios por toda su bondad. Él perdona nuestros pecados, nos provee de cuerpos y almas sanos, nos satisface con toda clase de bienes, nos da alegría y confianza, y nos libra de enemigos y males. Todo esto sucede a través de Cristo, que fue prometido precisamente por esta razón, y ya ha llegado».
Salmo de David.
1Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
2Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
3El es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
4El que rescata del hoyo tu vida,
El que te corona de favores y misericordias;
5El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.
6Jehová es el que hace justicia
Y derecho a todos los que padecen violencia.
7Sus caminos notificó a Moisés,
Y a los hijos de Israel sus obras.
8Misericordioso y clemente es Jehová;
Lento para la ira, y grande en misericordia.
9No contenderá para siempre,
Ni para siempre guardará el enojo.
10No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
11Porque como la altura de los cielos sobre la tierra,
Engrandeció su misericordia sobre los que le temen.
12Cuanto está lejos el oriente del occidente,
Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.
13Como el padre se compadece de los hijos,
Se compadece Jehová de los que le temen.
14Porque él conoce nuestra condición;
Se acuerda de que somos polvo.
15El hombre, como la hierba son sus días;
Florece como la flor del campo,
16Que pasó el viento por ella, y pereció,
Y su lugar no la conocerá más.
17Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen,
Y su justicia sobre los hijos de los hijos;
18Sobre los que guardan su pacto,
Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
19Jehová estableció en los cielos su trono,
Y su reino domina sobre todos.
20Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles,
Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra,
Obedeciendo a la voz de su precepto.
21Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos,
Ministros suyos, que hacéis su voluntad.
22Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras,
En todos los lugares de su señorío.
Bendice, alma mía, a Jehová.
Segunda Lectura: Lucas 13:22-30
Alguien se acercó a Jesús con una pregunta: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». Sin embargo, como hacía a menudo, Jesús no respondió a la pregunta que la persona le hacía. Respondió a la pregunta que la persona debería haber hecho. En lugar de decir cuántos se salvarán, Jesús habla de cómo ser uno de ellos.
22Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén. 23Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: 24Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. 25Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. 26Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. 27Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad. 28Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. 29Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. 30Y he aquí, hay postreros que serán primeros, y primeros que serán postreros.
Texto Sermón: Hebreos 12:18-24
El escritor describe esta elección como una elección entre dos montañas. La elección de volver al judaísmo sería como acampar en el monte Sinaí. El monte Sinaí se caracterizaba por el fuego, la oscuridad y las tinieblas. Tratar de entrar por la puerta estrecha mediante la obediencia a la ley sólo puede alejar más a los que empiezan estando cerca de Dios. Por el contrario, seguir con Cristo sería como acampar en el monte Sión. En esta ciudad del Dios vivo, nadie está por delante o por detrás de los demás por su origen o por su primogenitura.
18Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad, 19al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más, 20porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo; 21y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando; 22sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, 23a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, 24a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.
SIGAMOS CORRIENDO EN LA FE QUE PERSEVERA
En mi época de juventud cuando estaba en el colegio, salía a trotar casi todos los días con un amigo, es interesante ver los kilómetros que trotábamos todos los días y como éramos de disciplinados con el deporte. Cierto día llego la oportunidad de participar en una maratón aquí en mi ciudad, Medellín, mi amigo y yo creímos que estábamos listos para participar en la misma, nos inscribimos y trabajamos duro para participar en esta competencia. En el momento de empezar la misma, Isaías y yo estábamos listos, junto con los demás competidores, listos para correr 12 Kilómetros, empezó la carrera normal, iba yo en el paso de los otros competidores y de un momento a otro empecé a quedarme solo, yo creí por un instante que iba con los competidores que estaban adelante porque mi amigo iba a muy buen paso dentro de los que estaban guiando la carrera, pero cuando llegué a la meta me di cuenta que estaba llegando entre los últimos. Esto fue frustrante para mí en ese día, pero hoy me rio de todo lo que viví en esa competencia que creí que no iba a acabar nunca y aprendí que por querer ser de los primeros llegué de último. Lo que aprendí es lo importante de un entrenamiento como un profesional, la exigencia de éstos es superior, días enteros de entreno, buena alimentación, buenos masajistas y la mente fuerte para poder soportar el cansancio de la carrera, no volví a correr en esas maratones por ser novato, pero continué por años haciendo deporte de manera tranquila, sin pensar en competencias.
El capitulo 12 del libro de Hebreos nos enseña a correr en la maratón de la vida como cristianos profesionales o sea cristianos maduros, pero no es fácil correr en este mundo como cristianos. Por el peso del pecado que nos asedia. Cada uno de nosotros batallamos en este mundo con nuestro viejo hombre, el cual es un tropiezo en todo momento, nuestra envidia y egoísmo combinada con nuestro orgullo pecaminoso es un obstáculo que tenemos para correr en este mundo como cristianos profesionales. Por esto muchos han abandonado esta carrera por su impenitencia, otros la han abandonado porque se cansan de la tribulación y la disciplina de Dios, otros han abandonado esta carrera porque se quedaron en el monte Sinaí, llenos de miedo y temor. Así como el pueblo de Israel que no querían hablar con Dios, sino que enviaron a Moisés que los hiciera, porque su pecado les hizo tener miedo del fuego y los truenos que veían en el Sinaí. Pero este miedo y temor muchos hoy en día lo han combatido con sus obras, creen se salvan del castigo de Dios por medio de sus obras, por esto escuchamos en los púlpitos que motivan las personas a trabajar fuerte en sus obras para evitar el castigo de Dios. En el evangelio para el día de hoy, podemos ver este grupo de personas que le contestaron a Jesús: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. (Lucas 13:26), estos creyeron que eran salvos porque hicieron esto delante de Jesús. El diablo engaña a muchas personas con sus obras actuando por el miedo a ser castigados por Dios, de no ser condenados y por sus propias obras serán condenados porque se quedaron viviendo en el monte Sinaí. Nosotros necesitamos tener cuidado de esto, para que no seamos como Esaú que vendió su primogenitura por una sopa y fornicó hacia Dios, porque nosotros con nuestro pecado y el ver la vida de muchas personas que aparentemente son mejores que las nuestra podemos rechazar la gracia confiando en nuestras propias obras y creyendo que tenemos la salvación porque obedecemos todas las leyes dadas en el Sinaí. Pero no es así, merecemos el castigo que recibió Judas por vivir en su pecado, la muerte eterna por ser idólatras de nuestras obras y por ser flojos en nuestra vida cristiana.
En este pasaje del día de hoy encontramos una verdad: Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel. (Hebreos 12:24). La sangre derramada por Jesús es mejor que la de Abel porque esta clamaba por venganza, en cambio la sangre que derramó Jesús en el monte calvario lo hizo para acercarnos al monte Sión, la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial y para que nuestros nombres estén inscritos en esta montaña y sigamos protegidos por los ángeles de nuestro Dios. Jesús fue un mediador diferente a Moisés porque nuestro Señor es Dios y vino a este mundo a correr la maratón de manera perfecta por cada uno de nosotros, nuestro Señor nunca tuvo nada que le fuera tropiezo porque es sin pecado y Él cumplió cada mandamiento dado en el Sinaí para que nosotros vivamos en Paz y Santidad (Hebreos 12:14). Está Paz que Cristo ganó para con Dios, nos asegura a nosotros que vivimos en santidad por la obra de la sangre de Cristo y por la obra del Espíritu Santo. Cristo Jesús corrió la maratón de su vida por nosotros y es por esto que hoy vivimos en el monte Sión y tenemos la esperanza del cielo y la vida eterna.
El Espíritu Santo nos anima a seguir esta maratón como creyentes profesionales, maduros, porque nuestro redentor fue y es un profesional en correr en este mundo. En Cristo somos profesionales corriendo y eso es lo que llamamos la madurez de la fe, la disciplina que necesitamos en este mundo, la cual nos ayuda a seguir la meta, el blanco, la vida eterna. Es por esto que necesitamos vivir cosas en este mundo para lograr la meta final. Por esto este capítulo 12 empieza señalando a muchos testigos que habló en el capitulo 11, creyentes que son ejemplo para nuestra fe que sea persistente. Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, Jacob, Isaac, José, Moisés, Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas. Todas las historias biblicas de ellos nos muestra como sufrieron por su pecado, la influencia del diablo en el mundo, pero persistieron en la creencia del Mesías venidero, ellos son claros ejemplos de personas que nosotros necesitamos seguir con las historias biblicas para que vivamos en la promesa del perdón que ellos recibieron y nosotros caminemos con ellos en una fe persistente.
En nuestras vidas estamos dejando un ejemplo de ser también testigos del amor de Dios, nuestros nombres no aparecen en las páginas de la Biblia pero si están escritos en el libro de la vida, en los cielos y por esto cada uno de nosotros sabemos que la disciplina de Dios es muy importante para esta maratón de la vida cristiana que vivimos, esta maratón que nos enseña lo importante que son las tribulaciones en este mundo para estar cerca de nuestro Dios, lo importante que son las pruebas de fe para saber si estamos en la línea que nuestro Dios nos guía. Por esto por el amor y agradecimiento a Dios vamos a ser ejemplo en el estudio dedicado de la Escritura cada día, dedicados en la oración, frecuentes en congregarnos y ejemplos en el apoyo a nuestra congregación y pastor, continuamos con la persistencia en evangelizar a otros para que corran con nosotros. También mostramos ejemplo en como tratamos y cuidamos a nuestro matrimonio, a nuestros hijos, a nuestros hermanos en la fe, aunque no lo creamos muchos ojos ven como vivimos nosotros los creyentes y sobre todo si mostramos madurez en los problemas, en las tribulaciones, en las cosas difíciles que vivimos en este mundo porque somos ciudadanos del cielo y porque tenemos una promesa que está en las Escrituras: 35¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. (Romanos 8:35-37). Amén
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